El fotógrafo intuye historias que, sólo a veces, tiene la satisfacción de desvelar

“Ver”, “ojear”, “repasar”, “observar"... reflejan distintos grados de atención que pone el observador a la hora de mirar. Sin embargo,
de entre ellos, es posible que, "contemplar", sea el que más seriamente advierte a los sentidos que hay que esforzarse más.

El fotógrafo es un artista de la contemplación y la emoción de sus tomas sólo puede ser percibida si son, en verdad, contempladas.
En esta página invitamos a contemplar fotografía. Un juego en el que se puede compartir lo que a otros ha podido pasar desapercibido.

Manteniendo distancias

E3; 14-54 en 35mm; 1/60s en f/3,2 -0,7; 100 ISO.
Casa abandonada (al menos por las personas) cerca de la entrada al Parque Nacional por en Valle de Escuain (Huesca). Los guardias forestales dan de comer a un buen número de gatos, pero éste, que tenía pinta de estar más mayor, no se fiaba de nadie. Ni aún después de saltar a la ventana, y de protegerse trás la verja, dejó de mirar con ojos desconfiados.
Pistas: El fondo tras el gato. Comentarios ocultos (resaltar con el cursor a continuación para desvelar):Es una toma llena de texturas. El pelo del gato; las dos barras de hierro; la piedra, la madera, el cemento de la base; las telarañas de las esquinas. Pero quizá la del negro del fondo es la más inesperada (moverse hasta apreciarla bien en la pantalla). Esa textura, como de papel arrugado, llena de matices, hace que las dos barras de hierro parezcan en relieve (fijarse bien en la parte alta). Lo mismo le pasa a las telarañas de arriba. El gato, en fuerte contraste, concentra fácilmente la atención. El pelo, aún erizado en la espalda, y los ojos atentos le confieren una marcada personalidad. La hoja seca sale de la verja, no de la boca del gato: si nos fijamos bien, está sujeta por una casi invisible telaraña. Por último, todo el marco exterior de la ventana está desenfocado, haciendo que la vista se concentre aún más en el interior.

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